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PA1. MI ENTORNO

FASE 1.

Me encuentro en la calle de Antonio Juan, ubicada en el corazón del barrio del cabañal y la cual cuenta con amplios comercios y viviendas que esconden gran historia tras sus paredes. Estas pintorescas casas que he decido ilustrar en mi tarea, no solo reflejan algo tan típico y artístico de valencia como los azulejos que recubren su fachada, sino que me hacen viajar hacia el otro lado del Atlántico, recordándome a la isla que forma parte de mis raíces y que con tanto cariño recuerdo, Cuba, pues siglos atrás el puerto de La Habana se convirtió en un importante puerto de conexión en la venta de azulejos a Latinoamérica durante la época colonial, dejando huella por su paso especialmente en la construcción de iglesias y casas coloniales que perduran hasta hoy . Es por ello que he decidido pintarlas, ya que a pesar de los kilómetros que me separan de la isla caribeña, estas casitas me hacen sentir un poco más cerca de mi hogar.

Como he intentado plasmar en los dibujos, llama la atención la fachada de estas edificaciones, recubiertas de distintos azulejos que varían en su color, patrón y tamaño. Por otra parte, siguen siendo visibles algunos ladrillos e incluso hormigón en elementos como los pilares o los balcones, creando así un contraste de texturas que resaltan dichos elementos. También son visibles las puertas de entrada de madera, distinguiéndose la puerta izquierda, con apariencia más antigua, de la puerta derecha, que es más moderna, resultando incluso molesta ya que rompe la armonía y composición antigua de la construcción. Cabe destacar además el comercio que se encuentra en los bajos de una de las casas, que presenta una apariencia más moderna y destaca sobre su entorno. Más allá, los barrotes de hierro conformados por distintas formas geométricas y espirales no solo le dan un toque de personalidad y decorativo al exterior de la casa, sino que también afirman la seguridad de los balcones y ventanas del edificio.

El azulejo en La Habana

El azulejo en La Habana

las azulejerías de la habana; arquitectura española en américa

FASE 2.

En esta fase se nos ha pedido hacer una reflexión sobre el escrito de Peter Zumthor, «Atmósferas», en la que el autor nos invita a que veamos la arquitectura no solo desde el punto de vista técnico, sino también desde los diferentes ámbitos que crean a un edificio como la consonancia de los materiales, la temperatura o la calidad de la luz. Zumthor habla sobre el concepto de atmósfera, evocando a las distintas sensaciones que puede transmitir un lugar a través de un estudio arquitectónico. Me ha gustado mucho su reflexión, ya que como estudiante de primer año estas son cosas que nunca había tenido en cuenta, y es que como él bien dice, al igual que la mayoría, siempre tiendo a quedarme con la primera impresión sobra la estética de la fachada, cuando verdaderamente hay mucho más.

Quisiera destacar en concreto las comparaciones que el autor utiliza para simplificar su visión, como cuando al hablar de las estructuras de las construcciones las asemejaba a la estructura del cuerpo humano, focalizando la importancia de la misma. Así mismo, utiliza la música como un instrumento más para esclarecer su opinión, defendiendo que la arquitectura puede crear sentimientos al igual que «la más grandes de las artes, la música», aludiendo una vez más que la arquitectura va más allá de lo técnico y se transforma en un arte que trata de conectar con las personas y su entorno.

Peter Zumthor se enfoca en distintos elementos para su definición de atmósfera, pasando desde cosas tan obvias como los materiales y cómo estos se relacionan entre sí para dar personalidad y armonía, tanto estética como funcionalmente, hasta cosas tan banales como el sonido del espacio o la temperatura, y es que utiliza un ejemplo que lo deja muy claro: él de niño oyendo por toda la casa el ruido que hacía su mamá al cocinar. El sonido, en mi opinión, es algo que caracteriza a los lugares, pues habiéndome criado en una casa bastante escandalosa, siento que esto aporta personalidad al ambiente y crea un hogar, así como siento que un edificio en absoluto silencio puede transmitir cierta paz e inquietud a la vez, lo que me lleva a su sexto punto; entre el sosiego y la seducción, en el cual habla sobre los movimientos dentro de la arquitectura y el placer de descubrir un lugar. En este caso estoy de acuerdo en que debe de haber un sentido y armonía entre los espacios para que sea placentero el descubrir el entorno, aunque debo diferir con su visión y ejemplo, pues nos habla sobre los pasillos de hospital que «conducen a la gente, pero también pueden seducirla dejándola libre, permitiéndole pasear pausadamente». Creo que en un hospital hay otro tipo de atmósfera, ya que no es del agrado de ninguno una visita a este, es por ello que siento que sus pasillos no están hechos para detenerse o recorrerlos con calma. A diferencia de otros espacios que sí invitan a la contemplación y el detalle, los pasillos de un hospital han sido pensados para que los recorramos con rapidez y precisión y así guiarnos sin demora a nuestro destino, la habitación de un ser querido o el salón de operaciones, esto junto con la neutralidad de sus paredes y las frías luces que encontramos a menudo en los hospitales crea un ambiente de urgencia y expectativa, y no de calma y apreciación como reclama el autor.

En definitiva, «atmósferas», me ha hecho recapacitar sobre todo el trasfondo de una edificación y sobre como esta no es únicamente hormigón, pilares y paredes. Me ha abierto los ojos ante la visión de un arquitecto y todos los pequeños detalles que conforman al edificio, así como ha reforzado mi convicción de que la arquitectura busca el equilibrio entre la funcionalidad y el arte, y es que espero algún día poder crear este tipo de espacios que transmitan algo más allá de los muros y logren conectar con las personas y su entorno.